Ay Dolores

Muertes y cinismo de López-Gatell

Ni domada ni como anillo al dedo. La pandemia por Covid-19 que inició el año pasado ha exhibido las debilidades del Gobierno federal y se ha llevado entre cuerdas a los mexicanos.

A un año, México ocupa el primer lugar en letalidad, con más del 8 por ciento de muertos por cada 100 pacientes que ingresan a un hospital público.

Y el tercer lugar mundial en muertes con 94 mil decesos por Covid-19 acumulados, por debajo de Estados Unidos y Brasil; además, en septiembre del año pasado Amnistía Internacional informó que México era el país con más personal sanitario muerto por coronavirus con mil 320; pero para enero del presente año ya sumaban 2 mil 580.

Mientras los medicamentos y hasta el oxígeno se agotan, el encargado de la estrategia para combatir la pandemia, Hugo López-Gatell, se paseó sin cubrebocas, por la Ciudad de México con su pareja sentimental, mientras él mismo reconoció que todavía contagiaba.

A esa fatalidad, súmele que México enfrenta serios problemas para conseguir vacunas y que el presidente Andrés Manuel López Obrador metió el pie a quienes intentaron adquirirlas. Aunque recapacitó, a los Gobiernos estatales les ha sido muy complicado adquirir los biológicos y, una vez más, quienes pagarán las consecuencias serán los ciudadanos. El Gobierno federal no cumplirá con la meta de vacunar a los ancianos en marzo.

El peor panorama se asoma, no habrá vacunas ni medicamentos suficientes, ya que el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar no ha podido adquirirlos ni con ayuda de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos

Mientras, en las farmacias del sistema de salud ya falta hasta insulina y ácido acetilsalicílico.

Bienaventurados aquellos Gobiernos que, como Guanajuato, no se adhirieron al Insabi, porque vislumbraron los problemas que se avecinaban.

Ellos tienen otros datos, ellos sí tienen medicinas y baja letalidad.