Juan Miguel Alcántara Soria

Irresponsabilidad gubernamental y social ante Covid-19

Por Juan Miguel Alcántara Soria

Mario Molina, Premio Nobel de Química, insistió el viernes que el presidente use cubre-bocas “para dar ejemplo y frenar contagios de Covid-19. La ciencia nos dice lo que tenemos que hacer pero desafortunadamente la política no”.

Al 15 de agosto: más de 517 mil mexicanos confirmados por Covid-19, más de 56 mil defunciones. GTO, el estado 12º por 1,659 defunciones. No son solo números. Es dolor evitable en mayor medida. La conducción del gobierno federal, al no saber dimensionar ni atender pandemia, lo hace primer responsable de contagios y muertes evitables.

De inicio, no ha operado el Consejo de Salubridad General previsto en el Art. 73 constitucional, que es, con el Secretario de Salud (no el subsecretario), la autoridad sanitaria; sus disposiciones deben ser obedecidas por las autoridades y por nosotros. Actuación de López-Gatell, como la de gobiernos estatales con acciones contrarias a esas disposiciones, son inconstitucionales, y harto dolorosas. El Consejo sesionó ¡hasta el 31 de marzo! Dio manejo político a la emergencia sanitaria, considerada “causa de fuerza mayor” -intentando evitar despidos laborales (hoy más de 11 millones)- , decretó suspensión por un mes de actividades no esenciales; torpemente solicitó a otros órdenes de gobierno tomaran medidas que consideraran necesarias: cada quien actúa como entiende.

En lugar de que brigadas de salud -federal y locales- fueran a casas de infectados a recolectar información, muestras y revisar familias, llevando control numérico de infectados, hospitalizados, tratamientos, decesos, y de asignar presupuesto para instalar equipos de laboratorio en cada estado, hubo omisiones generadoras de dolor y muerte de decenas de miles de personas. Había que adquirir pronto aparatos de respiración artificial y equipos médicos en todo el país -como en 2009 hizo México ante AH1N1-, y ser capaces de analizar más muestras. Presidente y subsecretario minimizaron la situación con falso optimismo: ¡predijeron solo 6 mil fallecidos! Y el 2º Informe trimestral 2020 de la SHCP registra recorte: $ 1,885 millones de pesos a secretaría de Salud –tuvo otro recorte del 4 % con respecto a 2019, y el gasto en medicinas fue 14.5 % menor de lo presupuestado; aparte subejercicios del IMSS e ISSSTE. ¡Criminal desabasto! Y el presidente al que le “cayó como anillo al dedo”, le molesta conteo de muertes. ¡Sinvergüenzas!

Covid-19 también golpeó al sistema educativo, en especial a educación media superior -ya experimentaba su crisis: la caída histórica de la matrícula de 1.8% en dos últimos ciclos escolares: en un año, del ciclo 2018-19 al ciclo 2019-20 (1º de AMLO) se redujo casi 100 mil estudiantes en este nivel, en instituciones públicas, incapaz de brindar espacios suficientes-. Y en otro nivel, la Universidad de GTO hace tiempo se dejó ganar la matrícula en formación de nuevos médicos.

Los ciudadanos también somos corresponsables cuando no asumimos acciones de prevención: creando conciencia sobre el aseo, sana distancia, uso de cubre-bocas, guardarnos en casa lo más posible, hacernos prueba ante síntomas sugestivos, ir al médico, sanitizar espacios. En GTO tenemos una comunidad científico-académica y centros altamente calificados, pero hoy descoordinados; y no hemos sido creativos en atención de nuestro propio problema por inercias y mediocridad. Se ha descuidado la prevención y contención. Alertan desde aquí voces autorizadas, como José Ángel Córdova Villalobos, Juan Luis Mosqueda y Alejandro Macías.

Exijamos rendición de cuentas y fincar responsabilidades gubernamentales. Y preguntarnos: ¿Qué hago por cuidarme y cuidar a mi familia y a mi ciudad? ¿Y por alguno de los millones de desempleados y con hambre? Tanta sociedad como sea posible, hoy ausente; de gobierno, lo necesario. ¡Qué vergüenza!