18 Feb ¡Ya chole contigo, AMLO!
Por Pixel Indeleble
En México ser mujer es un peligro. Son asesinadas, sufren de violencia de género, no cuentan con una legislatura que les brinde oportunidad de desarrollo personal y laboral y ahora hasta tienen que sonreírle a sus violadores y el presidente sólo atina a contestarles “ya chole”.
¡Tiene razón señor Presidente, “ya chole”, pero con usted!
Era gracioso escuchar sus bufonadas en su campaña política, el “cállate chachalaca” era un ejemplo que por sus venas corre el folclore corriente, ese hiriente que ofende y hace daño.
Sin embargo, ya con la investidura presidencial de su boca seguían saliendo vulgaridades como los famosos “fuchi guácala” del año 2019 para referirse a los criminales, el “nepotismo, pedo”, “corrupción popo” y el “fuchi caca”, sin olvidar una que otra palabra altisonante en sus “mañañeras”.
¿Será que ser naco es chido, señor Presidente?
Usted tiene una obligación con las mujeres mexicanas, se les debe ofrecer un lugar seguro donde desarrollarse, se les debe brindar seguridad y justicia, pero principalmente brindarles un respeto y hacer que se cumplan las leyes.
¿O solo se beneficia a su amiga la diputada de MORENA Geraldine Ponce? ¿Será que la presencia de las mujeres en su gabinete es una pantalla para verse feminista y ellas mismas sufren de violencia de género en su mandato?
¡Ya chole Presidente! México se cae a pedazos y no es culpa de gobiernos anteriores, es su ineptitud, su falta de visión, un anticuado plan de desarrollo y un odio que no lo deja trabajar en beneficio del pueblo.
Ante su mirada indiferente, los niños con cáncer mueren por falta de medicamentos, el INSABI es un barco sin rumbo, la economía ha generado más pobres, la inseguridad sigue acumulando decenas de miles de muertos, mientras que los narcos y sus familias se dan el lujo de saludarlo y felicitarlo por redes sociales.
El país se divide con sus comentarios cargados de malicia y su partido se beneficia con el dolor y sufrimiento de la gente de cara a las próximas elecciones.
Ojalá ese “ya chole” fuera para usted mismo y enmendara el rumbo del país o si no puede gobernar que se retire a su edén a comer pejelargarto asado, su vaso de tanchuca y de postre un cocoyol.