Juan Miguel Alcántara Soria

Un espacio de solidaridad y aprecio social

Por: Juan Miguel Alcántara Soria

El jueves anterior pasé la estafeta de la presidencia de la Fundación Comunitaria del Bajío, la cual ocupé los últimos tres años.

Una fundación que busca no ignorar ni ser indiferente a la realidad de comunidades rurales; es una respuesta de fraternidad, amistad social, solidaridad y subsidiariedad.

Es como deben ser los gobiernos: un espacio para cumplir deberes y responsabilidades cívicas o ciudadanas.

Nuestros barrios y colonias, municipios y estado, tienen la realidad y la calidad que cada uno queramos darles. Sabemos que quien más sabe, puede o tiene, debe saber darse a quienes menos saben, pueden o tienen. No hacerlo no es ético.

Frente a las varias formas de restar o ignorar a otros, debemos ser capaces de levantar proyectos fraternos, aun con todas nuestras limitaciones. Esperar todo del gobierno es infantil.

En la Fundación hoy trabajamos  con comunidades rurales de Irapuato, Silao, San Luis de la Paz y Dolores Hidalgo. A los ancestrales contrastes de miseria, educación, empleabilidad e inseguridad, hoy se suman retos por el creciente consumo de drogas y embarazos de niñas y preadolescentes.

Ocupamos un espacio de corresponsabilidad que ha demostrado por veinte años ser capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones para rehabilitar y auxiliar comunidades heridas por la cultura del descarte, la inequidad de oportunidades, amenazas a paisanos migrantes, y ahora la polarización política.

En estos tres años acompañamos con diagnósticos participativos a comunidades en la elaboración de sus planes de desarrollo con autogestión: conseguimos el equipamiento de centros de cómputo y de una panadería; 201 tabletas electrónicas para telesecundarias, y 68 computadores y laptops para secundarias y bachilleratos; capacitamos a 4 mil 474 jóvenes en habilidades técnicas y blandas laborales, de los cuales fueron contratados 242.

También con apoyo gubernamental se hicieron diagnósticos de riesgos de adicciones a mil 397 alumnos de bachillerato rural y talleres.

Concretamos una casa de salud y un centro de capacitación laboral, obtuvimos patrocinio de entrenadores deportivos, uniformamos a varios cientos de chavos y recién entregamos miles de cubrebocas en la zona rural.

Lograrlo fue factible por las alianzas multisectoriales construidas en el tiempo. El gobernador del Estado, gran aliado presente, calificó a la Asociación, dirigida por Adriana Cortes, como la mejor de Guanajuato.

El reto pendiente de nuestras sociedades es sumarse el esfuerzo de búsqueda de soluciones solidarias, con constante y permanente voluntad, y no solo con anécdotas esporádicas de solidaridad, como mostramos luego ante catástrofes, porque no las  hacemos hábitos de vida.

Mi padre nos llevó aún niños con el Profesor Cuco López, para alfabetizar adultos en La Hilacha, o los maristas del colegio a catequizar en Las Palomas. De allí aprendimos.

El Papa Francisco, en su última encíclica “Fratelli tutti” denuncia: “Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos (en GTO muere una persona diario por hambre, 24 en el país: Inegi).

“En el fondo no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitados. Nos acostumbramos a mirar de costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente”, como hoy la pandemia.

Esto reitera que una visión comunitaria, que supera toda visión individualista, nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar el bienestar de todas las personas, porque no nos realizamos, ni podemos encontrar nuestra plenitud “si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demn la entrega sincera de sí mismie s nos realizamos, no nos desarrollamos ni podemos ceocontra nuestra plenitud si”… Porque cumplir deberes deja honda satisfacción.