Narcoestados Unidos Mexicanos

Por Pixel Indeleble

El crimen organizado esta fuera de control, los grandes capos son liberados con la “bendición presidencial”, mientras el país se ahoga con la sangre de las víctimas y los ciudadanos se arman para defenderse, el Presidente se aferra a los “abrazos, no balazos”.

Durante el gobierno del tabasqueño López Obrador, las cifras de homicidios dolosos se han incrementado y las políticas de seguridad simplemente no funcionan, y al paso que vamos el símbolo del país será un águila parada sobre una granada portando un AK-47.

Estados como Zacatecas, Chiapas, Michoacán, Oaxaca, Guerrero y Tamaulipas son tierra de nadie, son escenarios dantescos de masacres, balaceras, cuerpos colgados y familias completas asesinadas.

¿Ante esto qué hace el Presidente?

Pues nada, seguir culpando a sus opositores y argumentando que todo se trata de un montaje de los medios de comunicación para hacerlo quedar mal.

El Ejecutivo prefiere ignorar las disputas entre los cárteles de la droga y enfoca sus esfuerzos en exhibir a los periodistas que lo cuestionan, motivo por el cual algunos ciudadanos han optado por armarse y auto defenderse.

Las fuerzas de seguridad son inoperantes, los generales militares están más enfocados en dirigir las nuevas “empresas” que les dio el mandatario y los soldados que patrullan no entregan los resultados esperados.

Los grupos armados actúan bajo sus propias normas y en algunos casos ya se están dedicando a la extorsión de sus propios conciudadanos.

¿Acaso se consolidará una guerra interna entre narcos y ciudadanos? El gobierno es un testigo indiferente y las fuerzas armadas también estarían velando por sus intereses.

¿Entonces quién protegerá al ciudadano común?

Quedan casi tres años de gobierno, pero la violencia amenaza con aumentar y Andrés Manuel sólo sonríe, y aunque reconoce que el problema es real ya amenazó con que seguirá con su política de “abrazos, no balazos”