Macho de clóset

Por Pixel Indeleble

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se había mantenido como un macho de clóset, ocultó en su humanismo, en su falso apoyo a la mujer y en su cinismo sin igual, pero por fin, ¡ya salió del clóset!

El “mesías tabasqueño” es un patriarca machista y misógino, que solo ha demostrado indiferencia ante las problemáticas y necesidades de las mujeres mexicanas.

¡Caray! Pero no sólo siente indiferencia por ellas, también por los niños con cáncer, no tiene palabras de aliento para familiares que perdieron un integrante por COVID-19 y mancha la memoria de decenas de miles de muertos a manos del crimen organizado, al no actuar de manera frontal contra los delincuentes.

¡Sí!, López Obrador odia a la mujer…

O por lo menos así manda el mensaje, y es que calló las voces que exigían #rompaelpacto para que su amado amigo Félix Salgado Macedonio, señalado en cinco casos de violación, fuera removido como candidato de Morena en Guerrero.

El mandatario no rompió el pacto, al contrario, lo consolidó y se burla haciendo chistes de mal gusto de que “rompió el pacto, pero con los gobiernos anteriores”.

Hoy en México no existe un gobierno que vele, promueva o impulse un marco legal con políticas públicas que garantice a las mujeres vivir seguras, con un crecimiento personal y laboral.

Tenemos un líder nacional que ve a las mujeres como un objeto, sin voz ni voto; un líder que se burla cuando le argumentan o confrontan, y que además acusa de delincuentes conservadores a quienes se manifiestan en su contra.

Las vallas metálicas en Palacio Nacional son el símbolo de un dictador, de un opresor, él mismo mandó poner granaderos cuando fue la marcha contra Salgado Macedonio, y ahora pone un cercó similar al que utilizaron los Nazis en Alemania, un cerco de odio e indiferencia.

En México el 51 por ciento de la población total son mujeres, son amas de casa, trabajadoras, estudiantes, profesionistas, artistas y sobre todo luchadoras que sueñan con un mejor lugar para vivir, libre de violencia, con oportunidades de desarrollo y con respeto.

¿Pero qué pueden esperar de un Presidente machista que en lugar de unir confronta y agrede?

El macho de clóset ya salió y salió bravo, con la espada desenvainada y con su actitud reta a las mujeres, pero esta batalla la va perder porque la voz de las mujeres no va a disminuir, al contrario, cada día se escuchará más y en las urnas se van a imponer.