El Zapotillo: venganza morenista

Por Pixel Indeleble

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien debería gobernar en beneficio de todos y sin distinción, sigue aferrado en declararle la guerra a Guanajuato.

No puede superar que el Gobernador Diego Sinhue se impusiera y defendiera la soberanía del estado al no cederle el sistema de salud, tampoco le perdona que mientras él dejaba en libertad a Ovidio Guzmán, Diego encarcelaba a “El Marro”.

¡Ya supérelo!

Pero no, el Ejecutivo nunca olvida, no perdona y deja caer todo el peso de la Federación sin importar a quien se lleva entre las patas.

Retiró recursos al estado, negó apoyos, no avaló eventos internacionales y esperó pacientemente a que surgiera el tema de la presa El Zapotillo para perjudicar a Guanajuato, concretamente a la ciudad de León.

Además del daño que le hace a la ciudadanía, empresas y cultivos al negarle agua a León, realmente preocupa la actitud del Presidente, ya que se presenta con la corona de servidor, de humilde, pero es un engañador y sobre él pesa la corona de conquistador.

De mesías pasó a ser un enviado del apocalipsis, porque no solo lleva perjuicios a los pueblos, también busca dividirlos y enemistarlos; mientras, simplemente sonríe.

El agua no es un bien de su propiedad. Jalisco y Guanajuato han trabajo en conjunto en el proyecto de la presa El Zapotillo, León ha hecho inversiones millonarias en espera de recibir y distribuir el líquido.

Una vez más, el Morenista pierde la cordura al buscar revancha sobre quienes no están con él, aun cuando sus propios seguidores sufrirían por la falta de agua.

Se escuda en buscar el supuesto beneficio para las comunidades afectadas, se le olvida que una gran mayoría de pobladores ya aceptó la indemnización y que se están respetado sus derechos humanos al pagarles lo justo.

El agua es vital para detonar las economías y garantizar la supervivencia de los pueblos, sin agua no hay vida y perjudicar a cientos de miles de leoneses por venganza, es una locura maquiavélica.

Andrés Manuel tendrá el poder para impedir el avance de las sociedades, pero no podrá matar el espíritu de quienes buscan el bien común, ellos buscarán la manera de combatir las locuras del dictador.

No hay mal que dure más de un sexenio.