Calla Pemex ante violencia por huachicol

Salamanca, Guanajuato.- Quienes están al frente de Petróleos Mexicanos a nivel nacional, Octavio Romero Oropeza, y en la Refinería de Salamanca, Fidel Vizcaíno García, no han dado la cara ante la ola de violencia desatada en Guanajuato por el robo y venta de hidrocarburo, delito conocido como huachicol. 

El combate al huachicol es una de las estrategias emprendidas por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero algo le está saliendo mal, porque se sigue dando sin que las autoridades federales emprendan una lucha especifica para frenar el delito en las zonas donde más se presenta.

Dicho ilícito significó pérdidas para Pemex por más de 66 mil 300 millones de pesos, durante el 2018, de acuerdo con datos de la Presidencia, pero para las familias guanajuatenses significa pérdidas humanas y la desaparición de la paz en la zona a causa de los grupos rivales que se enfrentan por el millonario negocio.

La paraestatal tenía o tiene al enemigo en casa. En la refinería de Salamanca Ingeniero Antonio M. Amor, encontraron una manguera que surtía huachicol a los delincuentes de fuera. En el 2018, tres funcionarios fueron dados de baja por permitir el saqueo, pero hoy llama la atención el silencio de las autoridades.

El cerrar los ductos para que ya no extraigan el hidrocarburo, no fue la solución, porque el Cártel de Santa Rosa de Lima, que tiene sus principales ganancias en el huachicol, modificó su modus operandi y empezó a extorsionar a los negocios mediante el cobro de piso. Según reportes de inteligencia, algunas de las personas extorsionadas habían sido compradores de hidrocarburo robado.

Ana Lilia Pérez, escritora especializada en hidrocarburos, ha destacado la importancia de que los poderes estén coordinados en esta lucha contra el huachicol para que los responsables sean castigados.

La labor de Romero Oropeza, tabasqueño e íntimo amigo de AMLO, ha sido cuestionada porque ha hundido a la paraestatal en una crisis sin precedente.

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