Ay Dolores

AMLO ya no rifa

La patria está herida. Duele la tragedia. Duele la negligencia. Duele el luto propio y ajeno. Duele la cerrazón. Duele el engaño. El pueblo confió en un hombre, lo hizo presidente, pero el pueblo jamás esperó esa traición.

El dolor se convirtió en una fría cifra, más de 71 mil muertos por COVID-19. Más madres pierden a sus hijos a manos del crimen organizado. En Chihuahua, el pleito es por el agua y la lucha es contra el Gobierno, y también por este conflicto ya hubo muertos. La Comisión Nacional de Derechos Humanos está tomada por mujeres que lo único que exigen es ¡justicia¡, sin duda un hecho que es una “piedra” en el zapato del Gobierno federal.

Los Mandatarios de 10 entidades abandonaron a la Comisión Nacional de Gobernadores, por no encontrar interlocución con la Administración federal, en la que se habla de todo, pero se calla sobre lo importante, como la corrupción en la que incurren los familiares del presidente Andrés Manuel López Obrador. Tal parece que está prohibido hablar de cómo van las investigaciones por los recursos ilegales que recibió Pío López Obrador para financiar la campaña presidencial.

¿Qué pasa ante este panorama?, ¿qué le importa al presidente? Le importa la consulta para juzgar la presunta corrupción de los ex presidentes. Y, por supuesto, también es su prioridad la fallida rifa del avión presidencial, un sorteo en el que el Gobierno federal no pensó en los pobres, ¡intentó utilizar a los pobres!

Afortunadamente, el pueblo no salió desbocado a comprar cachitos, por eso el Gobierno tuvo que pagar boletos con el dinero de todos los mexicanos, ¿eso se llama desvío de recursos y es delito, no?

Se pusieron puestos ambulantes para ofrecer cachitos hasta en la Cámara de Diputados, legisladores de Morena invirtieron su jornada laboral en vender boletos para una rifa.

El chantaje fue descarado, “los recursos serán para equipamiento de hospitales” decían, pero el Gobierno se hubiera evitado muertes si desde el principio le hubiera dado el dinero a los hospitales, en lugar de comprar “cachitos” para la rifa de un avión que no se entregará.

Este 15 de septiembre será histórico, tal como desea el presidente, pero por los puntos negativos que suma su Administración, por derrochar recursos en una rifa y dejar a la deriva los temas importantes.

El presidente ya no rifa.