Llama Papa Francisco a recuperar humildad de la Iglesia

En su mensaje navideño, el Papa Francisco instó el jueves a los cardenales, obispos y burócratas del Vaticano a ser humildes en las fiestas navideñas, y afirmó que su orgullo, interés propio y “el brillo de nuestra armadura” estaba pervirtiendo sus vidas espirituales y corrompiendo la misión de la Iglesia.

 

“Los humildes y los preocupados no sólo por el pasado, sino también por el futuro, saben mirar hacia delante, extender sus ramas, recordar el pasado con gratitud”, dijo Francisco. “Los orgullosos, por el otro lado, simplemente repiten, se vuelven rígidos y se ven enclaustrados en esa repetición, sintiéndose seguros sobre lo que saben y temerosos de cualquier cosa nueva porque no pueden controlarla”.

Desde que se convirtió en Papa en 2013, Francisco ha utilizado su mensaje de Navidad para arremeter contra la Curia, como se conoce a la burocracia de la Santa Sede, denunciando el “Alzheimer espiritual” que sufren algunos miembros y la resistencia que ha encontrado a sus esfuerzos de reformar y revitalizar la institución y la Iglesia católica en su conjunto.

Este año no fue distinto. Francisco ofreció otra reprimenda pública a clérigos vaticanos que normalmente son tratados con máxima deferencia por sus subalternos y los fieles.

“La historia de Naamán nos recuerda que la Navidad es la época en la que todos nosotros debemos encontrar el valor de quitarnos la armadura, desprendernos de los atavíos de nuestros cargos, nuestro reconocimiento social y el brillo de este mundo, y adoptar la humildad de Naamán”, dijo.

Francisco dijo que los orgullosos que siguen anclados en el pasado, “encerrados en su pequeño mundo, no tienen pasado ni futuro, raíces ni ramas, y viven con el amargo sabor de la melancolía que pesa sobre nuestros corazones como la más valiosa de las pociones del diablo”.

“Todos nosotros estamos llamados a la humildad, porque todos nosotros estamos llamados a recordar y dar vida. Estamos llamados a encontrar una relación adecuada con nuestras raíces y nuestras ramas. Sin esas dos cosas, enfermamos, destinamos a desaparecer”, advirtió.