La dictadura sanitaria

El Pixel Indeleble

Después del ofensivo fracaso del gobierno federal en el combate a la pandemia y con casi 80 mil muertos sobre sus hombros, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador pasó a consolidar lo que se temía, una dictadura sanitaria.

Dicen que el poder excesivo enloquece, y Andrés Manuel pasó de mártir político a líder mesiánico y hoy a dictador.

Y como buen dictador lo obedecen legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) para ayudarlo a cumplir con sus locuras políticas.

La ocurrencia del Presidente de extinguir 109 fideicomisos para sacar recursos que ayuden a la lucha contra el COVID-19 y programas como el apoyo a “ninis”, no solo refleja una falta de políticas para generar recursos; sino su irresponsabilidad para afectar rubros como ciencia, cultura, periodismo, derechos humanos y deportes.

En los últimos meses se realizaron gastos ridículos al comprar material médico de segunda, costos elevados en respiradores, nulo apoyo al personal de salud, y como olvidar los gastos millonarios del INSABI en la compra de “cachitos” para la rifa del avión.

Con estos recortes, hoy el Presidente manda un mensaje claro: “no le importa afectar a los mexicanos para cubrir sus deficiencias y sus gastos ridículos”.

Con estas ideas retrogradas regresa a México a principios del medievo, truncando el desarrollo de científicos, deportistas de alto rendimiento, cineastas, los derechos humanos y el libre ejercicio del periodismo.

La eliminación de los fondos afectará a 35 mil académicos, 33 centros de investigación, entre ellos el CIO de Guanajuato y afectará a cientos de atletas de alto rendimiento y convencionales.

López Obrador y sus legisladores mandan al limbo a México, ¡ah! pero ya preparan despilfarro millonario para los festejos nacionalistas del 2021; total si falta lana aún se le puede exprimir algo al país o hacer una rifa con la pirámide del sol o el cerro de la silla.