05 May Ebrard se desmarca de tragedia en Metro; echa culpa a sucesor
Ciudad de México.- El ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, aseguró que su responsabilidad sobre la construcción de la Línea 12 del Metro concluyó en julio del 2013, luego de ocho meses de auditorías y de que el Gobierno de Miguel Ángel Mancera recibiera la obra sin objeción alguna.
En un pronunciamiento difundido anoche, se desmarcó de posibles fallas en el diseño, ejecución y mantenimiento de la llamada Línea Dorada y, en particular, en la zona donde se desplomó una trabe que causó la muerte de 25 personas hasta el momento.
Ebrard sostuvo que, durante su Administración, nunca se encontraron fallas en las trabes y que los problemas se registraron hasta el año 2017, cuando Mancera se encontraba al frente del Gobierno capitalino.
“La responsabilidad de la Administración de Ebrard sobre la obra concluyó formalmente el 8 de julio de 2013, cuando tras ocho meses de revisión de la obra, el entonces director general del Sistema de Transporte Colectivo de la Administración Mancera, Joel Ortega, recibió la obra sin objeciones y con total conformidad”, refirió.
“Ni en ésa ni en ninguna indagatoria subsecuente sobre la obra civil, se mencionó falla alguna sobre las trabes o sobre su integridad en el tramo elevado de la línea. Se tiene conocimiento que los primeros señalamientos sobre las fallas en la parte elevada de la línea ocurrieron después del sismo del 2017”.
Tras demandar que se realice un peritaje autónomo e independiente para deslindar responsabilidades, sostuvo que la L-12 ha sido la obra más auditada de la historia y que, tras muchas revisiones, los propios tribunales determinaron que sólo presentaba “vicios ocultos normales”.
Afirmó que, a pesar de que la zona que colapsó la noche del pasado lunes fue una de las más dañadas en el sismo del 19 de septiembre de 2017, no existe evidencia de que las trabes hayan sido reparadas durante el Gobierno de Mancera.
“Cabe destacar que no hay evidencia de revisión ni reparación de ballenas (trabes), ni de la elaboración de estudios de mecánica de suelos correctiva”, detalló en el recuento.
Según el funcionario, Jorge Gaviño, entonces director del Metro, solo hizo referencia a obras de reparación para apuntalamiento de trabes, inyección de resinas de alta resistencia, colocación de armado adicional y la ampliación de sección de la columna en zonas de máximo esfuerzo, así como su reforzamiento con fibra de carbono.
“Adicionalmente, se analizaron todas las columnas con rayos X, con ultrasonido, para revisar las condiciones de todas las estructuras y no se reveló ninguna falla estructural”, agregó en el documento.
Ebrard explicó la manera en que se eligió el método de construcción para el tramo elevado, en una zona fangosa y sin estrato duro, incluso a 120 metros de profundidad. Sin embargo, no precisó los motivos que llevaron a optar por ese modelo de edificación.
“Ante este reto estructural, el Instituto de Ingeniería de la UNAM recomendó implementar una técnica de construcción conocida como ‘vaso invertido’, lo cual les brinda firmeza y estabilidad a los apoyos, siempre y cuando se haga el mantenimiento constante necesario.
“Se decidió que las trabes de la construcción fueran metálicas debido a que tienen un menor peso que las trabes de concreto, y esto contribuiría a la estabilidad de la obra”, justificó en el escrito.
Recordó que en marzo de 2014 se suspendieron 11 estaciones de la Línea 12 por supuestas fallas y que la Contraloría General de la Ciudad de México solicitó a la empresa Société Générale de Surveillance (SGS) la inspección y la certificación de la calidad de los materiales de construcción de la Línea 12 sin detectar ninguna irregularidad en las trabes del tramo elevado.
“Las empresas SYSTRA y TSO, revisaron las supuestas fallas de la línea y no detectaron alguna irregularidad en la trabe que se colapsó entre las estaciones Tezonco y Olivo”, destacó en el escrito.
Después de 20 meses de obras en las que participó TSO, SYSTRA y COMSA-Emte, dijo, se abrió por completo la Línea 12 del Metro, con la garantía de su total funcionamiento y con el compromiso del mantenimiento requerido, así como una nueva certificación en el Gobierno de Mancera que -aseveró- “al parecer no existe”.
“El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, con base en dictámenes periciales, sentenció que el Gobierno de la CDMX debía pagarle al consorcio constructor por los trabajos ordinarios y por las obras complementarias e inducidas derivadas de la Línea 12, así aceptando la obra en su integridad y en plena operatividad.
“El Tribunal menciona ‘vicios ocultos’ normales en obras de tal envergadura consideradas incluso en la Ley de Obras Públicas de la CDMX, los cuales no comprometen la operatividad de la obra, y ordena una deducción en el pago”, indica la reseña de Ebrard.