27 May AMLO pone en peligro la democracia en México.- The Economist
“En un mundo plagado de populistas autoritarios, el presidente de México ha escapado del centro de atención. Los liberales condenan furiosamente la erosión de las normas democráticas bajo los gobiernos de Viktor Orban de Hungría, Narendra Modi de India y Jair Bolsonaro de Brasil, pero apenas notan a Andrés Manuel López Obrador“, publicó este jueves el medio inglés The Economist.
La publicación asegura que esto se debe en parte a que carece de algunos de los vicios de sus pares populistas y habla “en voz alta” en nombre de las personas de escasos recursos en el país y no es “personalmente corrupto”. Sin embargo, lo califica como “un peligro para la democracia mexicana”.
La publicación asegura que López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo”, con lo que se refiere a quienes lo apoyan; y “la élite”, a la que denuncia, a menudo por su nombre, como delincuentes y traidores a los que culpa de todos los problemas de México.
“Dice que está construyendo una democracia más auténtica”, se lee en el medio inglés.
“Obrador convoca a muchas encuestas, pero no siempre sobre temas que se resuelven mejor votando. Por ejemplo, cuando se plantean objeciones legales a alguno de sus proyectos insignias convoca un referéndum, elige un pequeño electorado que sabe que se pondrá de su lado y, cuando lo hace, declara que ‘la gente ha hablado’. Incluso ha pedido un referéndum nacional sobre si enjuiciar a cinco de los seis expresidentes de México vivos por corrupción”, asegura.
The Economist lo califica como “ingenioso” para recordar a los votantes las deficiencias de los gobiernos anteriores, “pero es una burla para el estado de derecho”, aseguran.
“El desprecio del presidente por las reglas es una de las razones por las que las elecciones del 6 de junio son importantes. No está en la boleta; su único mandato de seis años expira en 2024. Pero la legislatura nacional está en juego, al igual que 15 de las 32 gubernaturas, diputaciones federales y miles de puestos locales”, indican.
“Los votantes tienen la oportunidad de frenar al presidente rechazando a su partido, Morena. No está claro si lo harán”, se lee en el medio.
El medio asegura que la mayoría de los mexicanos está insatisfecha con la forma en que se está administrando el país, “pero el 61% aprueba al propio López Obrador”.
“Muchos sienten que se preocupa por la gente común, incluso si no ha mejorado materialmente sus vidas. La oposición no ha podido ofrecer una alternativa coherente. Morena se está debilitando en las urnas, pero puede retener su mayoría en la Cámara Baja, con la ayuda de sus aliados. Cuantas más curules controle, más lejos podrá seguir López Obrador su plan para transformar a México”, aseguran.
La revista reconoce que el mandatario ha hecho cosas buenas, como aumentar las pensiones y subvencionar el aprendizaje de los jóvenes.
“Aunque es de izquierda, ha mantenido el gasto y la deuda bajo control, por lo que la calificación crediticia de México se mantiene tolerablemente firme. Pero sufre de lo que Moisés Naím, un periodista venezolano, llama “necrofilia ideológica”: un amor por las ideas que han sido probadas y han demostrado que no funcionan”.
La publicación habla de lo mucho que se refiere, como “buenos recuerdos”, a la década de 1970, cuando Pemex difundió generosidad en Tabasco, su estado natal.
“Está tratando de recrear algo similar, prohibiendo la inversión privada en hidrocarburos y obligando a comprar energía de fuentes estatales primero, sin importar cuán costosas y sucias sean. Le gustan los ferrocarriles, por lo que está invirtiendo 7 mil millones en un despilfarro de combustión de diesel en su región de origen”, publicaron.
Aseguran que López Obrador está “frustrado” con los funcionarios que se preocupan por las reglas y la licitación de contratos y refieren al uso del Ejército para construir “su ferrocarril”, administrar puertos y combatir el crimen.
“En otros países, invitar a los militares a manejar enormes sumas de dinero público con escasa supervisión ha resultado catastrófico, como podría advertirle cualquier egipcio o paquistaní. Pero López Obrador es conocido por no escuchar los consejos. Su eslogan en las reuniones del gabinete es ‘¡Cállate!’”, aseguran.
Vía Latinus