AMLO el evangelista

PIXEL INDELEBLE

Desde el pulpito en Palacio Nacional o desde su complejo chocolatero, el Presidente de México mostró su lado navideño con un tuit, al señalar que Jesús se ganó el reconocimiento de libre pensadores y otras religiones por su amor a los pobres.

Acompañó su mensaje con un grabado del muralista José Clemente Orozco llamado “Cristo destruye su cruz” e invitó a todos a seguir el ejemplo de Jesús.

López Obrador ya está acostumbrado a autodestruirse; en un país donde son mayoría los católicos, utiliza imágenes religiosas para promoverse y para dar sus descabellados mensajes, busca consolar a los pobres con rezos, pero al mismo tiempo ataca las instituciones y a la fe con una obra que promueve una crítica a la Iglesia católica.

Habla de amor en un gobierno donde siembra odio, rencores, destruye personas, confronta, separa familias y se ensaña contra quienes piensan diferente a él o le señalan sus errores.

No puede haber Nochebuena en una nación manchada con la sangre de inocentes y flagelada por la violencia y los 108 mil 736 homicidios dolosos.

No puede haber una felicidad plena, si han perdido la vida cientos de miles de mexicanos debido al mal manejo de la pandemia.

Los pobres mexicanos y los miles que se suman cada trimestre, siguen esperando un mandatario que genere empleos y mejores políticas económicas para tener un salario justo y un trabajo garantizado.

López Obrador opta por reventar recursos públicos en darles dadivas a los más necesitados, estira la mano para dar migajas, mientras con la otra enriquece a sus achichincles.

Esta Navidad, como hace tres años, México vive dos realidades, una donde los López-Obradoristas viven en sus mansiones con lujos burgueses, donde los asistentes de media monta gastan dinero a manos llenas y sueñan en un puesto mejor donde puedan sumar más poder.

La segunda realidad es la cruda, la que la mayoría vive, un país donde comes lo que puedes, vives con temor por las balaceras, extrañas a quienes han muerto por Covid o asesinados por el narco y además con la incertidumbre de si tendrás trabajo o dinero en la cuesta de enero.

El Presidente Mexicano es labioso y ladino, es un falso profeta que no siente compasión o amor por nadie.

El sexenio se partió al igual que el país, al igual que el corazón de los mexicanos.